domingo, 21 de septiembre de 2008

Un domingo cualquiera

Así es. Es domingo y, sí, es el título de una película estelarizada por Al Pacino, muy buena, por cierto. Antes, aclaro que ayer tampoco escribí porque fue un día largo y pesado, lleno de labores y otras cosas, pero ya estoy aquí de nuevo.
Bueno. El chiste de mi comentario no tiene nada que ver con la película en sí, ni con el futbol americano, sino con una gran verdad que expresa Pacino ahí: 'En un domingo cualquiera se puede ganar o perder. Pero hay que hacerlo como un hombre.' Y con eso se refiere a algo muy hermoso. No existen los días grandiosos ni los días que no cuentan. Todos los días nos enfrentamos a luchas y obstáculos, algunos en apariencia más importantes que otros. Una entrevista de trabajo, un examen, llegarle a una chava, etc., y pese a que nos hemos acostumbrado a prepararnos para los importantes, al final todos los días cuentan (y a la vez, no cuentan), porque todos los días son 'un domingo cualquiera'.
Todos los retos son lo mismo: luchar para triunfar, dar lo mejor, salir y estar dispuestos a sacrificarnos por lograr avanzar un centímetro más en nuestra vida. De otro modo, no vamos a lograr nada. De nada sirve dar lo mejor solamente cuando es 'importante': esa es una actitud mediocre. Hay que salir y hacerlo siempre, porque luchar no es cosa de un día, o de dos; es una forma de vida. Para todo lo que hagamos, debemos exigirnos lo máximo posible. No hacernos a la idea, muy estúpida por cierto, de que somos demasiado buenos para tal o cual cosa.
Ojo, tampoco digo que, si una cosa no les gusta, no se claven a exigirse todo porque sí. Lo que digo es que vivan afrontando los retos. No vale la pena vivir escogiendo siempre nuestras peleas (normalmente nos limitamos a las fáciles o las inevitables). Si me veo obligado a, no sé, exponer un tema para una junta o una clase, hay que hacerlo bien. No es necesario volverme un superexpositor, o dedicarme en cuerpo y alma a eso, si no me gusta, pero en el momento hay que intentar que salga lo mejor posible. Dar lo mejor de mi, o al menos intentarlo.
Finalmente, todos hacemos lo que queremos, pero si nos quedamos atascados en nuestra propia comodidad, o en la seguridad de que ya somos perfectos, y por eso nos 'cuidamos', dejamos de arriesgarnos, o dejamos de ponernos retos, o nos volvemos inútiles totales, o nos hacemos divas y ya nadie nos soporta. Hay que jugar todos los juegos, y asegurarnos de hacerlo bien. Si quieren dosificarse para dar más en unos que en otros, bueno, pero les recuerdo que la final del Superbowl o del Mundial de fútbol (soccer) y los jueguitos de eliminatoria son iguales. Gente que sale, en teoría, a dar lo mejor porque a eso se dedica. Para eso le entró al futbol: para jugar; dejarlo todo en la cancha y convertirse en un guerrero. Igual es en la vida. Los retos diarios y los retos importantes son, finalmente, la misma cosa: probarnos a nosotros mismos.
A fin de cuentas, les recuerdo que todos los días son 'EL DÍA'. No existe el momento perfecto, tú lo construyes, porque todos, repito, son simplemente un domingo cualquiera.

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