domingo, 24 de abril de 2011

El desafío de las humanidades

No es fácil ser un literato. Ni un historiador. La gente cree, erróneamente, que estudiar una carrera humanística es más sencillo que aprender medicina, mecatrónica, matemáticas. Para mucha gente, las humanidades no son sino un refinado pasatiempo. Después de todo, los médicos salvan vidas, las finanzas deciden el rumbo del mundo y la ingeniería parece haber encontrado la solución a todos los problemas de la vida cotidiana. ¿Pero qué hace un Licenciado en Lengua y Literaturas "X"? ¿Cuál es su función? ¿O qué hace un historiador, sino conocer fechas, datos y cifras que, a fin de cuentas, resultan inútiles? ¿Qué hacen los humanistas? A ojos de la gente, nuestra área de trabajo es ilusoria, un campo de estudio sin relevancia real para la existencia del mundo. En pocas palabras, la tierra seguiría girando si no hubiera humanidades; mientras haya gente arando el campo, curando enfermos, descubriendo nuevos y maravillosos artefactos y determinando el status quo económico del mundo, todo estará bien.

Este pensamiento, sin embargo, es una mentira. Las humanidades son hoy tan importantes como las ciencias y como cualquier oficio, si no más. La ignorancia y la falta de interés en el pensamiento humano en sí mismo, sin embargo, han convencido a mucha gente de que nuestra labor es una afición, un desperdicio de recursos o, cuando menos, una alternativa 'facilita' a estudiar una carrera 'de verdad'. ¿Por qué hay personas que consideran que se necesita ser más inteligente para ser médico o informático que para leer a Cervantes? ¿Por qué es más importante el trabajo de un administrador que el de un crítico literario? No lo sé, pero sé que no es verdad. Y no estoy demeritando en modo alguno cualquiera de las dignas profesiones que he mencionado, pero tampoco voy a aceptar que las humanidades sean menos importantes.

Conversando con una amiga, estudiosa y apasionada de la historia, escuché el siguiente comentario: "La gente cree que la historia es un registro. Que se trata de saber cuándo y dónde pasaron las cosas, pero se olvidan de lo más importante: por qué y cómo pasaron. Estudiar la historia no se limita a registrar el pasado; es observarlo y comprenderlo. El mundo de hoy es resultado directo del mundo de ayer. La historia no es el estudio del pasado, sino de la naturaleza humana. Es la reflexión de lo que somos, lo que hemos hecho y lo que podremos llegar a ser. No es tan importante saber cuándo pasó algo como saber de qué manera ese suceso nos afecta a nosotros, de qué manera eso le ha da forma a nuestro mundo."

Es cierto, sin duda. Y lo mismo podemos decir del estudio de las artes gráficas, de la literatura, de las sociedades. Las humanidades no analizan otra cosa sino la naturaleza humana, el pensamiento del hombre y de las posibilidades que significan sus actos. Es por eso que son tan importantes, y hoy por hoy el desafío de las humanidades es demostrar su valía a un mundo que se ha olvidado de mirar hacia adentro. Porque, seamos honestos, es cada vez más común que la gente vea su vida en términos prácticos, pero externos a su propio ser. Creemos que lo que somos lo determinan factores 'medibles' y perfectamente determinados, y por eso las humanidades son tan incomprendidas. La sociedad moderna está acostumbrada a las certezas:
2 + 2 = 4 - El corazón está siempre en el mismo lugar - El cielo es azul por la refracción de la luz...

El pensamiento moderno da mucha importancia a estas pequeñas verdades y a los sistemas que las definen. Asume, erróneamente, que las matemáticas son más reales porque tienen un sistema estructurado, perfecto, libre de cabos sueltos. Hay respuestas para todo, siempre y cuando se apliquen las reglas de manera correcta. Por desgracia, en las humanidades no hay certezas: la naturaleza misma del hombre impide que las haya. La biología nos dice que todos los hombres funcionan de idéntica manera, pero en términos de mente, de cultura, de ideas... ahí no podemos explicar las cosas de modo sencillo. La historia no es exacta, no puede predecir el futuro basándose en reglas y teoremas porque el pensamiento humano no las obedece. Las variables son infinitas. Y, por esta razón, el estudio de las humanidades es tan complicado o más como cualquier ciencia: porque su objeto de estudio es inmenso, de profundidad insondable. Cada respuesta es apenas una opinión, una teoría que difícilmente se convertirá en ley, y que posiblemente será contradicha por cientos de otras ideas. No hay verdades definitivas, como en la física, y tampoco hay modelos que expliquen eficazmente los comportamientos del hombre. Lo único que tenemos es la seguridad de que cada respuesta nos ayuda a entender mejor nuestra realidad, y no sólo eso, también nuestra identidad.

Repito: las humanidades tienen una responsabilidad para con la sociedad. No sólo deben seguir navegando a ciegas en el cosmos que es el ser humano, con la esperanza de trazar un mapa -o al menos un esbozo-, sino que también deben interesar al gran público por sus avances; abrir los ojos de la gente al valor implícito que nuestro trabajo tiene. Recuperar una vez más la idea de que el hombre es definido no por objetos o leyes, sino por el poder de su propio pensamiento.

domingo, 3 de abril de 2011

Alfie, pero Región 4

No es la recomendación del mes, pero no les hará daño ver esta gran película: Alfie, con Jude Law. Es un refrito de una película del 66, creo, con Michael Caine... que no he visto. La veré un día de estos.

Pero de eso no voy a hablar. Voy a hablar, como suelo hacerlo, de mi vida y mis percepciones de la naturaleza humana. Empezaré por lo más justo y correcto: por alguna extraña razón me enamoré. Aún no diré de quién, porque nadie conoce a esta chica... y si llega al blog por error no quiero que piense que soy un acosador. No lo soy, obviamente, pero -ese es el tema de hoy- las mujeres son muy, muy sensibles respecto de ciertas cosas. Justo de eso voy a hablar... o escribir.

Se han hecho muchas películas, novelas, cuentos, etc. acerca de hombres seductores. También hay grandes seductoras, pero de eso hablaremos otro día. Las dos que más voy a citar hoy son Hitch, con Will Smith, y Alfie, con Jude Law. Estas películas siempre nos muestran a hombres guapos, carismáticos, divertidos y que consiguen a cualquier chica. Mencionan una serie de preceptos y detalles que les abren las puertas al cielo, y luego muestran en pantalla los resultados. Esto, obviamente, funciona. Y no es un error; no me comí un 'NO'. Con las debidas reservas que hay que hacer, teniendo en cuenta que toda película es una ficción, los elementos básicos de estas películas -y muchas otras- son ciertos. La manera en que uno se comporta le puede ganar el afecto de una dama. Sí. Manejarse con seguridad, mostrarle a ella una faceta que 'refleja' algo que ella busca es la base de la seducción.

No están ustedes para saberlo, pero yo sí estoy para contarlo. Después de todo, para eso es este blog. Yo soy bastante bueno para seducir. Hablo muy bien, soy muy carismático -modestia aparte- y en general soy bastante rápido para leer a las personas y pensar. Todo esto me convirtió en un pequeño Alfie de la vida real. Pero, para los que ya vieron la película, saben como termina. Los que no, yo no quemo nunca un final de película, así que véanla.

Hitch, por otro lado, dice una frase muy clara y verdadera: hoy en día no puedes llegar y decirle a una chava que te gusta. Hombres, saben de lo que hablo. Mujeres, no lo nieguen. Si a ella no le gustas tú cuando se lo dices, tus posibilidades de ganar bajan dramáticamente. Es entonces trabajo del hombre hacer que ella se enamore de ti, para que luego tú puedas decirle que te gusta. Es complicado: requiere de mucho trabajo. En todo caso, con un buen as bajo la manga, será fácil. El asunto es, repito, que seducir no tiene que ver con que la gente se enamore de ti. Muchas veces ni siquiera te conocen, porque el buen seductor vende un producto que cambia y se adapta a las necesidades de la compradora. Pero el producto no es el anunciante, y cuando la mujer se da cuenta de esto [o uno se cansa de ser lo que prometió], pues se hunde el barquito.

Así pues, llegamos a la necesidad de encontrar un punto medio. Volverse atractivo para la chica, pero dejando la suficiente verdad para que se pueda construir una relación sólida. Suena simple. Es complicado. Conozco a mucha gente, y muchos de ellos tienen este problema. Algunos, como es evidente, no lo tienen. Aquí me entra la curiosidad: ¿es que la suerte es necesaria para triunfar en el amor? ¿Necesitas encontrar la pareja adecuada? ¿O simple y sencillamente es cuestión de voluntad? He visto relaciones largas y aparentemente estables estallar como granada, y otras consumirse como candela. He visto también relaciones que se fortalecen. ¿Por qué es esto? ¿Qué tienen unos que no tengan los otros? La naturaleza del amor es esquiva. A veces me pregunto hasta dónde podemos dar una definición universal del amor, ya que cada quien tiene metas y necesidades distintas. ¿Acaso todos los zapatos vienen en la misma talla y el mismo modelo? LA reflexión básica es, en este caso, si amar es una decisión o un acto fortuito.

Yo, por mi parte, no creo en el amor a primera vista. Pese a eso, estoy soñando con una chica con la que he hablado una vez. Una sola. LA veo de vez en cuando, pero siempre pasa algo que evita que conversemos. Y, francamente, quiero entablar una relación con ella. Una de verdad. Entonces, a media escalera, me pregunto: ¿qué va a pasar? Esto no quiere decir que dude en lo que voy a hacer. Es algo más grande. Mi duda real es: ¿el amor depende de dos? ¿Existe la famosa 'media naranja'? O un hombre sólo llega, da lo mejor a una mujer y ambos deciden, independientemente de quiénes son, establecer un vínculo. No lo sé. Al final sé solamente que todo esto se resume en seis palabras:

¿El amor nace, o se hace?

Recomendación del Mes: Fantasía Digital

Les gusta la música. Les gusta la animación. Vieron Cars -o Toy Story- y dijeron: ¿Por qué estas películas no tienen el 'feeling' de cuándo los dibujos animados eran... eso, dibujos? Pues entonces prepárense para encontrar el cielo, o al menos un buen pedazo.

Animada por los estudios Disney en los tiempos en que en esa compañía trabajaban auténticos genios y colosos de la animación y la creatividad -cosa que parece que se les anda acabando-, existe una obra maestra llamada Fantasía: música clásica, verdaderos monumentos melódicos, interpretados no sólo a través del sonido, sino a través de imagen. Esta película es de alrededor de 1940, mucho antes de que yo naciera, y sin embargo fue mi favorita hasta que cumplí 6 años. LA razón por la cual dejó de ser mi favorita es que mi cassete de Beta se estropeó, y no pude conseguir una copia original [lo merece]... hasta ahora. Disney, en un arrebato loco de cordura, decidió relanzar esta belleza remasterizada y perfeccionada como nunca. Recordé mi infancia como nunca y pude apreciar la perfección de esta 'película' con lo que me ha dejado mi escaza madurez, y el resultado fue ¡INCREÍBLE!

No sé si es la nostalgia, la elección de las piezas, la calidad de la animación, la originalidad de las 'historias', la nitidez digital que no desmerece NADA... no lo sé. Quizás fue todo, o quizás fue el aprendiz de brujo [que era Mickey Mouse]. No lo sé y nunca lo sabré, pero definitivamente AMO FANTASÍA. A mi gusto, un verdadero trozo de perfección de esa que sólo los dioses y algunos blogueros con sombrero pueden alcanzar. Si les gusta la música, la animación, la vida, el helado, las mujeres, los hombres, el cielo, la nieve, la playa o lo que sea, VAYAN Y COMPRENLA, o si no les alcanza, réntenla en BlockBuster o por iTunes. Vean esta magistral creación en todo su esplendor y díganme que no es genial. Los reto. Si no les gustan los honguitos danzarines, las escobas laboriosas, el ballet, la música o cualquier otra cosa, mejor no regresen, porque este blog no es para ustedes.

Desde la Torre de If...

Tengo tres cosas que decir el día de hoy. La primera, una disculpa, porque no he podido ponerme a escribir como me gusta. Hoy me desquito y pongo tres... sí, escuchó bien: TRES, no UNA, entradas. La segunda es... la recomendación del mes pasado, que no pude poner a tiempo, pero aquí está:

Estuve hojeando la biblioteca familiar [mi biblioteca personal, lo reconozco es casi completamente de literatura fantástica], en busca de una lectura nueva y vigorosa, ya que mis últimas visitas a las librerías han estado poco fructíferas. Así pues, tras una inmersión de un par de medias horas, encontré una hermosa novela que nunca antes había leído, para ser honesto. Había visto películas... muchas películas, basadas en la trama de esta obra, todo un clásico de la literatura, al menos a mi parecer. Conocía los pormenores de su historia, pero no la había leído. Como fuere, estaba ahí, frente a mí, y no quise desaprovechar la oportunidad. Agarré el primero de los dos tomos y me lo llevé... era El conde de Montecristo.

Así pues, comencé a leer de los puertos de Marsella, barcos y capitanes nobles, engañados por esos clásicos embusteros de la talla de Danglars y Montego. Estuve en el Castillo de If, fortaleza temible que me propongo visitar algún día, y tuve el honor de conocer finalmente al abate Faria. Una verdadera travesía, pasando por bandidos en Roma, islas desiertas, París y medio oriente, debo reconocer que, de la noche a la mañana se convirtió en la novela que más me ha gustado en años. El personaje de Edmundo Dantés, que se convertiría en el Conde de Montecristo, es uno de esos personajes que me encantan y que tienen la rara cualidad de representar algo imposible [o prácticamente imposible] de manera creíble. Su astucia, conocimiento y estilo convierten la obra en una telaraña, que une a muchos personajes y con la que el marino de Marsella enreda a sus rivales, para luego devorarles.

En general, yo soy un gran aficionado de ese curioso concepto del 'hombre misterioso': un héroe del que en realidad la gente no sabe nada, pero lo conocen por virtudes o actos. La idea detrás del Conde, de Jean Valjean o del mismísimo Batman es para mí motivo de inspiración, no sé bien por qué. Pero tras leer esta estupenda novela, que además no pierde detalles históricos y culturales, esta idea cobró una nueva dimensión.

En fin, para todos los que lean este blog, muchos o pocos, les dejo esta recomendación. Disfruten y aprovechen para educarse y aprender de cómo era la vida en la Europa de antaño.

Ah. La tercera cosa que les iba a decir: ya tengo Twi-twi-twi-twitter. Follow me @laTorredeIf

miércoles, 2 de febrero de 2011

Recomendación del MES: The Red Hourglass

Inaugurando esta nueva sección, les presento uno de mis libros favoritos. Para variar, esta vez no es literatura de ficción, sino un ensayo científico lo que vamos a discutir.

No sé si lo sepan, pero una de mis grandes pasiones en la vida es el mundo animal. Su complejidad y variedad lo convierten en uno de mis tópicos favoritos. Normalmente, aprendo de la fauna a través de la observación personal, la fotografía y los documentales; algunas veces recurro al internet -sobre todo a Wikis y blogs-, pero debo admitir que pocas veces uno encuentra un libro sin imágenes que logre capturar la atención y que a la vez logre explicar con claridad y precisión la vida silvestre. Cuando esto se logra, se juntan dos de mis amores: la lectura y los animales.

Uno de los pocos libros que realmente atraen la atención del lector común [no una enciclopedia ni un tratado aburrido destinado a los expertos] es The Red Hourglass: Lives of predators, una maravilla que nos habla de poderosos depredadores, eficaces e implacables, pero que no suelen recibir la atención del mundo. Entre estos animales están la viuda negra, la mantis, el cerdo y el perro, animales a los que pocas veces atribuímos las cualidades feroces y astutas propias de un cazador. En embargo, Gordon Grice logra develarnos esta faceta a través de una prosa clara, amena y bastante personal, reflejo de su propia experiencia observando a estos animales desde el punto de vista de un tipo cualquiera.

El texto profundiza lo suficiente como para llevarnos más allá del conocimiento superficial que tenemos de estos depredadores, pero se mantiene en un espacio cómodo, sin llegar a abrumar al lector. Describe hábitos, aspectos poco conocidos, datos generales y curiosos respecto de estos animales, acompañándolo todo con anécdotas y observaciones que le dan un tono mucho más ligero y amigable que el que suelen tener libros similares. La mayoría de la información está al alcance de un principiante en el tema animal, por lo que no se necesita mucho para disfrutar de la experiencia que ofrece este acercamiento al mundo de los cazadores anónimos; no obstante, ofrece un panorama bastante amplio y un contenido que sorprende e ilustra, lo que pareciera ser el mayor éxito de Grice. Es en efecto un auténtico éxito haber condensado tanta información de manera tan accesible, y resulta especialmente satisfactorio poder acercarse a un universo desconocido sin perder la capacidad de apreciarlo y aprehenderlo.

En resumen, una obra fenomenal, obligada para aquellos que disfrutan de conocer su mundo, de descubrir las pequeñas maravillas que se esconden en los rincones más pequeños y los misterios que guardan animales tan -aparentemente- familiares. Además, un oasis para cualquiera que quiera descansar de novelas y cuentos, pero que aún así quiera una lectura interesante, fluida y edificante, que no pierde su respectivo toque literario

La única desventaja [para algunos]: Está en inglés.

miércoles, 19 de enero de 2011

Propósitos

Hacía bastante tiempo que no escribía en mi blog... admito que la tentación de publicar por Facebook es grande, pero la libertad que me da este espacio a costa de un esfuerzo mínimamente mayor vale la pena. Eso, y que ya le pude dar un mejor look a mi blogsito me convencieron de retomarlo. No sé si mude mis notas de Face para acá, pero la cosa es que de ahora en adelante publicaré aquí... y allá. Así que dense vueltas de vez en cuando.

Como sea, de lo que vamos a hablar hoy la liebre y yo, no más que sin la liebre, es de una cosa curiosa. Llega otro año, y con él llegan los propósitos de año nuevo [otra vez]. Estos, curiosamente, son siempre los mismos para mucha gente, e incluso yo, con mi magno sombrero y todas mis artimañas, llevo ya 2 años mínimo repitiendo un propósito: conseguir una novia con la que pueda durar más de 3 meses.

Pero más allá de esos propósitos, hay un asunto que me inquieta. Cada año hacemos propósitos, los mismos u otros, da igual. ¿Pero tenemos propósitos verdaderos para nuestra vida? Les pregunto, amigos y amigas... al llegar al final de nuestra vida, ¿qué habremos hecho? ¿dinero, una casa, familia, etc, etc, etc.? ¿Lo mismo que el vecino?

Hace tiempo que no hablo con gente de esto: ¿cuál es el propósito de nuestra existencia? Hoy día veo que todos quieren tener cosas, ser felices... cosas así. Pero eso lo hacen todos... o al menos lo intentan todos. ¿Alguien realmente está decidido a que su vida en esta tierra marque una diferencia -minúscula o pantagruélica-? ¿Alguien ha apostado por ser diferente últimamente, y hacer cosas diferentes? ¿Alguien sabe realmente qué quiere obtener al final de la carrera? ¿Cómo quiere que lo recuerden?

Esto lo pregunto porque, repito, cada año tenemos el rito ridículo de fijarnos metas... pero cuando nacemos, nadie nos enseña a hacerlo. Lo hacemos a medias cuando empezamos a crecer, pero reparamos muy poco en lo que implica nuestra existencia, la verdad. Pensamos mucho en la felicidad, en llegar a tener... pero no en lo que significamos como individuos para el mundo presente y la posteridad, que no tienen que ver con nuestra felicidad o no. ¿Qué impacto tenemos en el mundo? ¿Qué clase de huella vamos a dejar en los demás; en el porvenir y en nuestra cultura? Nadie lo sabe, y muchas veces a nadie le importa. Vivimos persiguiendo dinero, comodidad y metas meramente egocéntricas [no que sea malo], pero pocas veces veo reflexión en cuanto a lo que nosotros dejamos al mundo; todos piensan de antemano en lo que quieren conseguir, pero no en lo que van a legar. ¿Están conformes con eso? Quizás, quizás no, y no es mi papel juzgarlos... pero sería interesante si todos nos pusiéramos un propósito para esta "Vida Nueva", en vez de bajar los mismos 5 kilos cada año, o cosas así.

Ahora, también está el otro lado: el destino. Es hasta cierto punto válido suponer que todos tenemos un propósito predeterminado, de modo que no importa lo que hagamos o no, terminaremos sirviendo a ese fin más grande que nosotros prácticamente a fuerzas. ¿Entonces por qué preocuparse? O bien, también podemos pensar que nuestra existencia está dominada por el azar y la aleatoreidad como para que nos atribule pensar en tener un control sobre ella, no digamos una meta. Pero todo esto nos remite al punto inicial, ¿qué representa entonces nuestra existencia si no tenemos la libertad para guiarla? No lo sé. Parte de la vida consiste en encontrar un equilibrio entre caos y orden, seguramente; no obstante, creamos o no que hay un libre albedrío jalándonos nuestros hilos, el hecho de que nuestra existencia tiene el potencial de significar algo para el mundo es innegable. Es una responsabilidad muy fuerte, cierto, asumir que podemos cambiar algo, pero los nombres que la gente recuerda son sólo de personas que aceptaron ese tipo de peso sobre los hombros, en lugar de conformarse con el peso dentro del bolsillo.

sábado, 27 de junio de 2009

Periodos Vacacionales

Es una cosa rara ya no tener que ir a la escuela. O al trabajo... Pero lo mas raro es lo que pasa con esto, porque cuando uno esta chambeando, se queja del trabajo hasta con sus zapatos. Que el jefe, que los maestros, que la tarea, que la ida, que la vuelta... todo es queja. Llegan las vacaciones, y aunque al principio es descanso, diversión, bla bla bla, al rato ya están hartos de no tener nada qué hacer. No puedo decir, al final, que sea una ley, pero muchas veces la gente se queja no importa lo que pase. Es cierto.

Yo no sé hasta que punto se puede hablar de que las vacaciones sean divertidas o no, pero, pese al título de este breve comentario, soy el sombrerero y hablo, normalmente, de la naturaleza humana. La gente es quejosa en extremo, pero más allá de eso, es medio mensa cuando se aburre. ¿Por qué, preguntarán algunos insulsos y otros no tan insulsos? Porque eso significa que sólo saben entretenerse haciendo cosas cuando les dicen que las tienen que hacer. Obviamente esto no les sucede a todos, pero conozco a varios que no son capaces de tener pasatiempos o actividades que no les impongan las situaciones externas. ¡Disfruten su libertad, creaturitas de Dios! Los oigo quejarse de que no tienen tiempo para dedicarse a sus pasiones, pero ya que tienen tiempo, no lo hacen. No más se quedan como leones enjaulados, esperando que algo suceda. Porque, como no están obligados a hacerlo, dicen: "mañana lo hago", "el lunes", "al ratito".

Otra cosa que me fastidia, es que hay gente que no sabe estar sola. No es malo buscar la compañía, pero hay gente que no tiene pasatiempos propios. Yo, gracias al cielo, soy escritor, y aunque me gusta platicar con mis amigos, contarles chistes absurdos o mis aventurillas desgraciadas, también sé pasar tiempo conmigo mismo leyendo, escribiendo (mis libros, que ya espero publicar el primero pronto, o comentarios para mi blog), viendo películas... claro, no se trata de aislarse, sino de adaptarse. A veces mis amigos se van de vacaciones a conocidos puertos de la república y yo me quedo solo, entonces hago cosas solo. A veces me toca juntarme con la banda, ponerse al corriente con las 'amiguitas' o cosas por el estilo, pero siempre busco tener algo que hacer para no estar tirado en mi sillón como un costal de papas.

¿Alguno de ustedes se aburre en vacaciones? Creo que también tiene que ver con que nos limitamos a pensar en lo que 'podemos pagar'. Varios museos son gratis, el zoológico (que obviamente a algunos no les atraerá, pero yo soy el mega fan del reino animal), el teatro suele ser muy barato (pero como sólo pensamos en las obras de moda, que son un poco más caras...). Nunca pensamos en que hay muchas cosas que podemos hacer de 'a grapa', pero también admitamos que a veces no le ponemos interés a buscar cosas que hacer. ¿Cuantos de ustedes conocen la revista "Tiempo Libre"? ¿Y cuantos la compran? ¿Y cuantos visitan lo que ven allí?
Quizás muchos o quizás pocos, pero los aliento a todos a que cambien... estas vacaciones no hagan lo mismo de siempre. Busquen hacer algo nuevo, lo que nunca han hecho... capaz que les gusta.
Vayan a conocer nuevos lugares... ¿de verdad creen que conocen toda la ciudad de México? Piénsenlo de nuevo.

Al final, no puedo decirles qué hacer o como, o donde ni con quien, pero les puedo decir esto: no se limiten. LA cosa con la diversión es nada más decidirse. Vayan a donde nunca han ido. Si no tienen nada qué hacer, no se queden pensando en lo que no pueden hacer. Busquen algo, por ridículo que sea, y háganlo... así empecé a escribir en mi blogsito, y ahora me entretengo con esto. Atrévanse a hacer algo, en vez de quedarse aburriéndose cuando hayan agotado los pasatiempos comunes. No tengan miedo de hacer algo nuevo. Es mejor que no hacer nada.