miércoles, 19 de enero de 2011

Propósitos

Hacía bastante tiempo que no escribía en mi blog... admito que la tentación de publicar por Facebook es grande, pero la libertad que me da este espacio a costa de un esfuerzo mínimamente mayor vale la pena. Eso, y que ya le pude dar un mejor look a mi blogsito me convencieron de retomarlo. No sé si mude mis notas de Face para acá, pero la cosa es que de ahora en adelante publicaré aquí... y allá. Así que dense vueltas de vez en cuando.

Como sea, de lo que vamos a hablar hoy la liebre y yo, no más que sin la liebre, es de una cosa curiosa. Llega otro año, y con él llegan los propósitos de año nuevo [otra vez]. Estos, curiosamente, son siempre los mismos para mucha gente, e incluso yo, con mi magno sombrero y todas mis artimañas, llevo ya 2 años mínimo repitiendo un propósito: conseguir una novia con la que pueda durar más de 3 meses.

Pero más allá de esos propósitos, hay un asunto que me inquieta. Cada año hacemos propósitos, los mismos u otros, da igual. ¿Pero tenemos propósitos verdaderos para nuestra vida? Les pregunto, amigos y amigas... al llegar al final de nuestra vida, ¿qué habremos hecho? ¿dinero, una casa, familia, etc, etc, etc.? ¿Lo mismo que el vecino?

Hace tiempo que no hablo con gente de esto: ¿cuál es el propósito de nuestra existencia? Hoy día veo que todos quieren tener cosas, ser felices... cosas así. Pero eso lo hacen todos... o al menos lo intentan todos. ¿Alguien realmente está decidido a que su vida en esta tierra marque una diferencia -minúscula o pantagruélica-? ¿Alguien ha apostado por ser diferente últimamente, y hacer cosas diferentes? ¿Alguien sabe realmente qué quiere obtener al final de la carrera? ¿Cómo quiere que lo recuerden?

Esto lo pregunto porque, repito, cada año tenemos el rito ridículo de fijarnos metas... pero cuando nacemos, nadie nos enseña a hacerlo. Lo hacemos a medias cuando empezamos a crecer, pero reparamos muy poco en lo que implica nuestra existencia, la verdad. Pensamos mucho en la felicidad, en llegar a tener... pero no en lo que significamos como individuos para el mundo presente y la posteridad, que no tienen que ver con nuestra felicidad o no. ¿Qué impacto tenemos en el mundo? ¿Qué clase de huella vamos a dejar en los demás; en el porvenir y en nuestra cultura? Nadie lo sabe, y muchas veces a nadie le importa. Vivimos persiguiendo dinero, comodidad y metas meramente egocéntricas [no que sea malo], pero pocas veces veo reflexión en cuanto a lo que nosotros dejamos al mundo; todos piensan de antemano en lo que quieren conseguir, pero no en lo que van a legar. ¿Están conformes con eso? Quizás, quizás no, y no es mi papel juzgarlos... pero sería interesante si todos nos pusiéramos un propósito para esta "Vida Nueva", en vez de bajar los mismos 5 kilos cada año, o cosas así.

Ahora, también está el otro lado: el destino. Es hasta cierto punto válido suponer que todos tenemos un propósito predeterminado, de modo que no importa lo que hagamos o no, terminaremos sirviendo a ese fin más grande que nosotros prácticamente a fuerzas. ¿Entonces por qué preocuparse? O bien, también podemos pensar que nuestra existencia está dominada por el azar y la aleatoreidad como para que nos atribule pensar en tener un control sobre ella, no digamos una meta. Pero todo esto nos remite al punto inicial, ¿qué representa entonces nuestra existencia si no tenemos la libertad para guiarla? No lo sé. Parte de la vida consiste en encontrar un equilibrio entre caos y orden, seguramente; no obstante, creamos o no que hay un libre albedrío jalándonos nuestros hilos, el hecho de que nuestra existencia tiene el potencial de significar algo para el mundo es innegable. Es una responsabilidad muy fuerte, cierto, asumir que podemos cambiar algo, pero los nombres que la gente recuerda son sólo de personas que aceptaron ese tipo de peso sobre los hombros, en lugar de conformarse con el peso dentro del bolsillo.

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