miércoles, 5 de noviembre de 2008

Black Man in the White House!

Oh, sí. Nada como estar de vuelta escribiendo diario en mi blogsito, que espero siga siendo el blog de confianza de ustedes, amiguitos de Internet. Lo malo es que, por bello que es esto de estar aquí diario, no va a durar porque voy a estar bien ocupadito este fin de semestre. Pero mientras, les ofrezco un comentario, por cuenta de la casa.
Ayer, además del avionazo en Reforma, sucedió otra cosa que es muy importante mencionar: las elecciones de EUA, el país más sucio, corrupto, violento y cobarde del mundo, pero al que por desgracia tenemos que seguir, porque nuestras sociedades desde hace mucho tiempo tienen un pacto suicida. Lo curioso de esta elección es que no ganó el típico 'ñor blanco, medio canoso de ideas conservadoras: guerra, racismo y 'american way of life'. Ahora, para sorpresa de todos, ganó un hombre de ascendencia keniana: el señor Obama, que hasta figuras de acción consiguió.
De nada le sirvió a McCain (¿lo estoy escribiendo bien?) haber metido en su fórmula a la Palin, que la verdad es un cromo de señora, y en sus tiempos de Miss Alaska (podría hacer un albúr aquí mismo, pero me lo guardo para luego) estaba aún mejor. El cuerpo y los chongos de la amante de los rifles valieron para pura m¡3rd4 en contra del carisma y popularidad del ahora primer presidente 'afroamericano' en la historia de EUA, que arrasó en las urnas y los corazones de un pueblo que estaba sediento de cambio.
Pero no todo es mérito de Oba-ma Kenobi, pues la victoria se la debe a una figura que desde su asiento le regaló en charola de barras y estrellas la presidencia del país: el ahora perdedor desempleado George Bush, enemigo jurado del Sombrerero Loco. Gracias a su guerra, la crisis que ya llevaba un buen rato en gestación creció como la mancha voraz (si no conocieron esa película, son muy jóvenes para estar viendo este blog) y se tragó la economía mundial. Y como los gringos son pendejos, pero no tanto (y además no todos), se dieron cuenta de que este cowboy de a peso fue el que los puso a parir melones, pues ya no quisieron votar por él. Con toda razón.
Ahora, lo que debemos preguntarnos es solamente una cosa: ¿Será Obama el mesías que todos en EUA parecen creer? La verdad la verdad yo lo dudo mucho, pero también admito que sí le veo más honestidad a él que a cualquier blanquito republicano. Cierto que no hubiera votado por él por dos razones: la más importante es que soy tremendamente anti-político (escribo de política, pero no creo en ella... es un poco como Santa Claus), y la segunda es que no soy americano, entonces ni me dejan acercarme. Pero bueno, creo que Obama era el mejor candidato, aunque nada más había dos. Ahora falta que su condición de negrito lo mantenga con los pies en la tierra y, por lo menos, deje de lado el típico racismo de la Unión Americana. Pero en cuanto a que arreglé el asunto de la guerra, la economía, la sociedad decrépita y decadente, las broncas migratorias y todos los demás problemas de EUA, lo dudo mucho, porque un hombre solo nunca puede cambiar la situación entera de una nación tan grande, sobre poblada y hundida en estiércol como la que le tocó. En general, creo que lo que Obama puede traer, y lo que espero yo de él, es un cambio de actitud para la sociedad. Arreglar una economía fregada en un ratito es muy difícil, pero abrir los ojos me parece más razonable: digo, si ya votaron por un negro, igual y dejan de cazar latinos en las fronteras.
Pero bueno. Ya saben que este es también su blog, y si quieren apedrear al hombre negro o a mi, pueden hacerlo con sus comentarios (y sus piedras, pero por favor traten de dejarlo en comentarios). Igual, si creen que Obama puede arreglar algo, comentenlo. Es un foro abierto. Por lo mientras, les agradezco a aquellos que siguen leyendo este blog pese a los altibajos de su servidor. Sigan difundiendo este espacio, por favor, y si se sienten con ganas dejen sugerencias para futuras referencias. Nos vemos luego... espero que no pase más de una semana.

martes, 4 de noviembre de 2008

Rumbo al bicentenario... y se nos cae el avión

Hola de nuevo, mis amabilísimos lectores. Como lo prometí, me estoy dando tiempo para escribir tan periódicamente como me es posible. Por desgracia, el comentario de hoy es, tristemente, fruto de una tragedia más que nacional, humana.
Como bien saben todos ustedes, me imagino, hoy a las 7 de la noche un avión jet (chiquito, cuando menos) se estrelló en plena calle de Reforma, en nuestra ciudad de México. Las víctimas fueron, hasta donde sé en este momento, solamente los ocho pasajeros entre los que destacaban dos funcionarios del gobierno: Mouriño y Vasconcelos. No soy quien para decir que fueran hombres honestos, ilustres y patriotas; no los conocí personalmente y es muy difícil hacer un juicio de esta categoría con base a lo que se dice. En todo caso, la política tiene fama de sucia, pero ese no es el asunto. El asunto es que ocho personas, dos más famosas que el resto, murieron en un accidente (o atentado, finalmente no podemos descartarlo), y muchas otras, cuarenta más o menos sufrieron heridas o quemaduras de cierta severidad, esto olvidándonos también de los daños materiales.
Repito: no puedo expresar una opinión en cuanto a la calidad moral de los ocupantes del vehículo, pero lo que me parece evidente (creo que a todos) es que este acontecimiento es verdaderamente un horror para la gente de la ciudad. Pese al título de mi texto, que es un tanto 'chistoso', la verdad es que me conmueve tremendamente el hecho de que un avión caiga a media ciudad, por error o por maldad, y cause un desbarajuste en la vida de tantísimas personas: los familiares de los muertos, los de los heridos, la gente que los conocía y hasta los mismos 'atorados' por el bloqueo del tránsito. Sabrá Dios cuales eran las historias de esos, de los cuales seguramente uno necesitaba llegar a las ocho a X lugar por Y razón, y ahora no pudo hacerlo. O el que simplemente presenció el nefasto suceso y ahora nunca (me imagino yo) lo va a poder olvidar.
Si de por si ver la escena en la tele era bien grueso, imagino a los que lo vivieron (y sobrevivieron para contarlo). ¿Qué pensarán? ¿Qué habrán sentido al verlo? Porque digo, uno no va por la calle esperando que le vaya a caer un avión. Y a los que les tocó, a sabiendas de que no se iban a poder escapar, no les quedó más que aguantarse. Gracias a Dios no hubo tantos muertos como pudo haber.
Yo siento repudio por aquellos que, en caso de que fuese un atentado, hayan sido responsables por un acto tan cobarde y escandaloso. Independientemente de quién pudo ser el blanco, la muerte de una persona, y más una muerte tan violenta, y a la vez tan fría; tan cruel y tan insultante (para la misma sociedad) no es nunca algo que se justifique. Ocho muertos y cuarenta heridos es algo que simplemente no debe ignorarse.
Quizás si fue un accidente. Pero en todo caso, la tragedia es igual de grande, porque los muertos no se van a levantar. No puedo decirles que lloren a Mouriño o a Vasconcelos. Igual y ustedes no le van a ese equipo, y la verdad se vale que así sea. Lo que sí les pido es que tomen consciencia de que no se murieron unos panistas, sino ocho personas. A lo mejos los pilotos eran perredistas, o priistas, o abstemios políticos como yo. Pero lo que sí sé es que todos eran personas, a lo mejor con familia y con hijos que, por desgracia, se quedaron esperándolos y no los van a volver a ver.
Lo que vivimos no fue un hecho político; ni siquiera un evento histórico. Más que historia viva, lo que nos tocó esta noche, 4 de octubre de 2008, fue una terrible y fatal realidad. A lo mejor en tres años nadie se va a acordar, ni va a salir en libros de la SEP, ni nada. Pero ahora mismo, hay gente, como ustedes y como yo, cuya vida no va a volver a ser la misma.

Mañana: 'OBAMA VS McCAIN: Victor Maximus'

Por los difuntos y sus familias, los invito a que reflexionen. Hagamos un minuto de silencio, y luego una eternidad de palabras.