domingo, 3 de abril de 2011

Desde la Torre de If...

Tengo tres cosas que decir el día de hoy. La primera, una disculpa, porque no he podido ponerme a escribir como me gusta. Hoy me desquito y pongo tres... sí, escuchó bien: TRES, no UNA, entradas. La segunda es... la recomendación del mes pasado, que no pude poner a tiempo, pero aquí está:

Estuve hojeando la biblioteca familiar [mi biblioteca personal, lo reconozco es casi completamente de literatura fantástica], en busca de una lectura nueva y vigorosa, ya que mis últimas visitas a las librerías han estado poco fructíferas. Así pues, tras una inmersión de un par de medias horas, encontré una hermosa novela que nunca antes había leído, para ser honesto. Había visto películas... muchas películas, basadas en la trama de esta obra, todo un clásico de la literatura, al menos a mi parecer. Conocía los pormenores de su historia, pero no la había leído. Como fuere, estaba ahí, frente a mí, y no quise desaprovechar la oportunidad. Agarré el primero de los dos tomos y me lo llevé... era El conde de Montecristo.

Así pues, comencé a leer de los puertos de Marsella, barcos y capitanes nobles, engañados por esos clásicos embusteros de la talla de Danglars y Montego. Estuve en el Castillo de If, fortaleza temible que me propongo visitar algún día, y tuve el honor de conocer finalmente al abate Faria. Una verdadera travesía, pasando por bandidos en Roma, islas desiertas, París y medio oriente, debo reconocer que, de la noche a la mañana se convirtió en la novela que más me ha gustado en años. El personaje de Edmundo Dantés, que se convertiría en el Conde de Montecristo, es uno de esos personajes que me encantan y que tienen la rara cualidad de representar algo imposible [o prácticamente imposible] de manera creíble. Su astucia, conocimiento y estilo convierten la obra en una telaraña, que une a muchos personajes y con la que el marino de Marsella enreda a sus rivales, para luego devorarles.

En general, yo soy un gran aficionado de ese curioso concepto del 'hombre misterioso': un héroe del que en realidad la gente no sabe nada, pero lo conocen por virtudes o actos. La idea detrás del Conde, de Jean Valjean o del mismísimo Batman es para mí motivo de inspiración, no sé bien por qué. Pero tras leer esta estupenda novela, que además no pierde detalles históricos y culturales, esta idea cobró una nueva dimensión.

En fin, para todos los que lean este blog, muchos o pocos, les dejo esta recomendación. Disfruten y aprovechen para educarse y aprender de cómo era la vida en la Europa de antaño.

Ah. La tercera cosa que les iba a decir: ya tengo Twi-twi-twi-twitter. Follow me @laTorredeIf

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