lunes, 8 de septiembre de 2008

TeleVICIOn

Otro día, otra entrada. Es curioso que estoy escribiendo estas páginas justo cuando acabó la nueva serie animada de los X-Men (desde hace mucho soy fan de Cyclops-Scott Summers). Pero bueno, sólo lo comento porque mi comentario de hoy es de algo que todos hemos vivido en la vida: la gran influencia que tiene la televisión sobre nosotros, y que no necesariamente es mala.
Recuerdo que, cuando era niño, me la pasaba viendo caricaturas en el 5 (todavía veo algunas, pero ese no es el punto). Lo hacía porque me divertía, y sin darme cuenta, como todo niño, absorbía como esponjita todo lo que veía. Iba a la escuela -primaria- y me ponía a jugar con mis amigos a los Power Rangers. Hace poco estuve platicando con amigos más recientes, de la universidad, y me enteré de que muchos de ellos jugaron a lo mismo en algún momento.
Luego, ya en la secundaria, me acuerdo y me río de que, cada miércoles, siempre oíamos en el salón la misma pregunta: '¿Viste el monólogo?' Nos pasabamos un buen rato hablando de los chistes, los sketches, el reportaje y todo lo que veíamos en ese programa que se llamaba 'Otro rollo', que catapultó a la fama a Adal Ramones. Nos reíamos como idiotas al volvernos a contar los chistes, aunque ya los hubiéramos oído ayer. Y ni qué decir de Dragon Ball Z. Nos comprabamos los álbumes, las estampas, los juguetes...
Pero crecí. Y entonces todo cambió... ¡NO! Hace relativamente muy poco, cuando salió 'Héroes', mi hermano y yo, que tenemos la misma edad (no pregunten) nos quedábamos clavados frente a la tele para ver como Peter Petrelli y Hiro Nakamura salvaban a la porrista... ah, y al mundo. Cuando él compró la primera temporada en DVD, nos pusimos a ver los mejores capítulos todo un día, y luego, para amarrar, vimos capítulos de otra caricatura, no la nueva, de los famosos X-men (que es la que compré yo). ¿No es raro pensar que, a esta edad en que muchos de nuestros padres ya abuelos eran hombres hechos y derechos, casados, con un trabajo estable y hasta con hijos, yo siga viendo, igual que muchos de ustedes, la televisión como si todavía fuera un niño?
Es verdad. Todos vemos en la tele una u otra cosa, y nos emocionamos al verla. Casi todos tenemos un capítulo favorito de los Simpson, y aún los que no, sabrán de lo que les estoy hablando. Todos sabemos, aunque no nos guste, que hay una telenovela cada hora en el 2, y hasta contratamos 200 canales de Cable o Sky para ver nada más 10. Así somos. Teleadictos a lo bueno. Porque la Televisión es una cosa seductora y perversa. Nos acecha y nos ofrece todo lo que siempre hemos soñado. Como niños y como adultos.
Actualmente, ya que no pasan 'Héroes', me puse a ver al doctor House. Es, para mí, la mejor serie de T.V. que sale al aire. Me confieso un verdadero fan del programa y de su protagonista, interpretado por Hugh Laurie. Me maravilla cada vez que veo como resuelve enigmas médicos, descubre la naturaleza de la humanidad -Todos mienten, es cierto- y le lanza piropos a Cuddy, su jefa, todo mientras insulta a todos a su alrededor con un sarcasmo tan ingenioso que es difícil de creer. Lo lamento si me vi muy geek, pero es la verdad. Sigo viendo televisión, y sigo pensando que es divertida. Y como dije, creo que también nos puede enseñar. Para eso hay Discovery, Animal Planet, NatGeo y otros, pero los que yo veo (culturales) son esos.
Bueno. Los dejó esperando que se hayan entretenido un rato, y también que hayan reflexionado un poquito acerca de esa compañera del diario, a la que visitamos cuando no hay nada que hacer, o cuando queremos ver algo para divertirnos. Y, ¿por qué no?, que hayan recordado cuando ustedes también jugaban a los Power Rangers.

No hay comentarios: