Mostrando entradas con la etiqueta pop. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta pop. Mostrar todas las entradas

viernes, 29 de mayo de 2009

W de Wolverine... y de Wade Wilson.

Queridos lectorcillos, disculparán ustedes el tiempo que me tomé, pero estaba trabajando en algunos proyectillos anexos, como mi novela, que podría salir al mercado próximamente... o no. Ya les diré yo si sale. En todo caso, una extensiva disculpa. En todo caso, se anuncia ya el regreso de éste, su blogsito de confianza, en una segunda temporada, con más estilo, menos cordura y nuevos y esponjosos comentarios. 

Empiezo diciendo, mis amigos lectores, que ayer... o mejor dicho, hace un ratito, fui a ver con un amiguillo la película de Wolverine. Oh, sí. Y, me conocen, no la fui a ver por Wolverine, sino por buenos y valiosos personajes como Wade Wilson a.ka. Deadpool, Gambito y Cyclops, mi alter-ego. La verdad, como era de esperarse, aparecen poco, porque toda la atención recae sobre el garrudo adamantino, que crece a niveles espectaculares en este, su film. Poco le faltó para declararse un semidiós, porque venció a todo lo que le pusieron enfrente y realizó movimientos deíficos a granel. 
Con decirles, curiosos lectores, que detuvo un disparo óptico ¡con sus garritas! Sí, Fans de Wolvie, sé que el Adamantium es indestructible, pero un rayo de esos perfora concreto. Era para que lanzara al heroe de huesos cromados por los aires, aunque no lo lastimara. Pero bueno. 
En todo caso, mi verdadera queja no es esa. Ya desde X-Men 1 se veían las ganas de ennoblecer a Wolverine, por lo que no era sorpresa que aquí se iba a lucir. El 'pepe' es que su rival, 'Dientes de Sable', es un verdadero icono de la imbecilidad, y lo hacen ver como un ser, en oposición a Volwerine (mal escrito a drede), verdaderamente sobre-super-heroico. Super fuerte, super ágil, super inteligente... super aburrido, en todo caso. Gambito, Cyclops y sobre todo Deadpool son personajes más interesantes, divertidos y mejor construidos en la película, y en vez de explotarlos, limitan casi toda la acción al afán asesino de Garras-Duras contra Dientes-Largos. 
En oposición, las apariciones de Gambito y Deadpool fueron sorprendentemente buenas, especialmente del último. Deadpool, alias Wade Wilson, sobre todo al inicio, saca el cobre y muestra su agilidad con las Katanas, y mejor, con sus típicos chistes absurdos. Pero al final, más poderoso que en la realidad (del cómic, obviamente), pero mudo, vemos una piltrafa que, aunque pelea bien, pierde el sabor ácido del sentido del humor del personaje original. Gambit, por otro lado, se luce con sus trucos de bastón, aunque casi no usa las cartas, elemento icónico del personaje. De menos, la actitud es la misma. 
En general, es una buena película. No esperen ver algo que no sea Wolverine, porque eso sí, imposible encontrarle un defecto al protagonista. Es un ser perfecto según los productores y la dirección. Pero vale la pena por la realización, el manejo de los personajes y las escasas, pero carismáticas escenas de Gambit, Cyclops, y el personaje que se come toda la cinta: Wade Wilson. 

Mañana hablaré de alguna otra cosa. Recuerden: este es también su espacio. Cebollazos, polémica, críticas, besos, sombreros, dudas y otros comentarios al número que ya conocen. Se cuidan. 

martes, 30 de septiembre de 2008

Los Hombres X (Nada X)

Hola, amiguitos de Internet - me preguntó si de verdad alguien va a leer este saludo. Hmmm-. El día de hoy, en conmemoración al fin de la encuesta de Cyclops v.s. Wolverine, que aparentemente ganó el último, vamos a hablar de los X-MEN. Y no crean que es algo tan simple; de hecho hay mucho que decir con respecto a esta peculiar historia, nacida en el cómic y llevada a T.V. y cine con éxito. Pero antes, por favor contesten: ¿Quién votó por Wolverine? Digo, sólo dos personas votaron en las encuestas, y el voto de Cyclops lo di yo. Alguien que es medio asiduo del blog debió votar por Logan. Bueno. Ni modo, vox populi.
Empezaré por mencionar a los hombres X. Aunque ha habido cambios en la nómina de este conjunto, me limito a hablar de mis favoritos (y los más importantes):

- Profesor X: El buen Xavier, telépata de nivel 5 (el más alto entre mutantes) y fundador del equipo. Si bien actualmente el equipo en el cine y los cómics subsiste sin él, es una figura de máxima importancia.
- Cyclops: El líder del equipo, y fuera de las críticas que pueda recibir, uno de los más poderosos X-Men, después de Fénix y el mísmo profesor Xavier. Sus rayos ópticos incontrolables y sus habilidades para crear estrategias lo convierten en el X-Men supremo. Pero lo admito, no es el más popular, ni en su universo ni en el nuestro, por su carácter más bien introvertido y su seriedad.
- Wolverine: Honor a quien honor merece, el ganador de esta encuesta y poseedor del título del mutante más admirado y preferido. Su factor de curación, su esqueleto de Adamantium y sus garras, además de su actitud cervecera y cínica lo hacen uno de los miembros más importantes del equipo, aunque no fue de los X-Men originales. Por cierto, lo veremos nuevamente en la pantalla grande en su propio film...
- Jean Grey (fénix): La pelirroja más sexy de los cómics, es toda una fiera del poder psíquico. La mutante más poderosa de todos los tiempos, pero hoy en día, salvo por la película, su figura se hace menos presente cada vez. Fue novia de Cyclops, pero constantemente se le relaciona también con Logan. Al final, la sustituyeron por Emma Frost en el equipo y en el corazón de su líder. Pero eso sí, el Fénix siempre será el Fénix.
- Nightcrawler: Chico azul, de corazón muy noble y con aspecto demoniaco. En su contexto original, es muy religioso. Es uno de los personajes más populares, porque se teleporta, se pega a las paredes, tiene superagilidad, y bueno... es azul. Se ha mantenido vigente en la historia de X-Men.
- Emma Frost: Una verdadera reina del hielo. Es rubia, fría, pérfida y sólo se preocupa por... ella misma. Claro, la dibujan supersexy y con poca ropa. Telépata y capaz de convertirse en diamante, es la adición más reciente al equipo. Por cierto, antes era una villana. Ahora, en todo caso, es la novia de Summers y la segunda al mando del equipo. Polos opuestos sí se atraen (necesito una así). Lástima que no saliera en las películas, pero creo que le van a dar la suya. Rezaré para que salga Scott.
- Gambit: Tampocó llegó al cine, pero es, innegablemente, uno de los mutantes más carismáticos. ¿Quién no recuerda a este ladrón frances de look-cool, su baraja explosiva y frases como: '¿Necesitas un as de tréboles?'? Podría decirse que es mi segundo favorito, después de Cyclops (quizás Frost sea la tercera).
- Magneto: Le pasó lo que a Xavier, pero no se puede negar su importancia en la historia de los X-Men. Otro nivel 5, y antes del Fénix era el más poderoso.

Dicho lo anterior, comienzo mi comentario (que no será el único de los hombres X), diciendo la verdad más impactante que van a oír con respecto de esta serie: nosotros, cotidianamente, vivimos la historia de los X-Men. Así es. Porque en la historieta se narra, de forma adornada y exagerada, una realidad: la discriminación. La gente tiende a odiar lo que es diferente.
Esta es una de las principales virtudes de éste cómic. Refleja, más que cualquier cómic del mismo tipo, la diversidad que existe entre los humanos, y una serie de realidades como el odio, la xenofobia, el racismo, etc, que todos presenciamos.
Otro punto a favor es que sus personajes (no todos), nos gusten o no, están muy bien hechos. Digo, no son perfectos, pero están construidos con un buen grado de realismo. Ejemplos claros: los de la encuesta. Cyclops, medio depresivo y muy serio, resultado de su problema para controlar los rayos ópticos, en oposición a Logan, despreocupado y temerario, porque nada lo va a herir.
En general, me parece que todos deberíamos ver (o leer) la historia de estos mutantes. Les recomiendo mucho que lo hagan, y creo que no se van a arrepentir. Otro día profundizaré sobre lo que dije antes, hoy solamente era una pequeña introducción a los X-Men. Que tengan un buen día...

martes, 9 de septiembre de 2008

Suerte para la próxima

Hola de nuevo. ¿Por qué estoy escribiendo aquí otra vez? Parece que nadie lee este blog. La ventaja de ser yo es que realmente no me importa. Escribo porque me gusta hacerlo; escribo para mi, y bueno, si alguien lo lee es un bono.
En todo caso, hoy tengo una queja para el mundo. No tengo suerte. Ni un poquito. Conozco gente que tiene mucha suerte: encuentran billetes de cien en la calle, cuando tienen problemas siempre encuentran una salida fácil... salen ganando, y a ellos no les cuesta. No tienen que ser muy listos, ni necesitan esforzarse. Sólo ganan. Triunfan. Reciben los mejores tratos porque sí, porque tienen suerte.
¿No les ha pasado algo con eso? A mí me pasa constantemente. Cuando juego Poker en aquel sitio que anuncian tanto en la tele, pierdo inevitablemente. Aún cuando tengo un par alto -aces, reyes-, siempre llega la última carta para redimir a un jugador que tenía un par más bajo y que termina con dos pares. Pierdo. Como no les veo las caras, no puedo saber nunca qué clase de juego pueden tener, y con mi pura suerte no me basta para ganar. En cambio, muchos de esos sujetos con los que juego tienen una suerte que... para que hablar.
Y eso no es todo. Hay un dicho que dice: Suerte en el juego o suerte en el amor. Tristemente, puedo decirles que eso es falso. No tengo suerte en ninguna de las dos. Y no es que no me pelen, porque eso no depende de la suerte sino del trabajo que uno hace al ligar. El problema es que siempre me enredo con locas: celosas, posesivas, neuróticas o ladronas. Y -antes de que lo pregunten- no, no es que yo las busque así. Es suerte.
Otra cosa que me asusta de la suerte es que es completamente aleatoria. A veces es muy buena, a veces mala; para unos es mejor y para otros peor. ¿No dijo Alejandro Magno que la suerte favorece al valiente? Se equivocó. Mucho. La suerte nos trata como quiere, y puede hacer lo que le plazca con nosotros. A veces parece que nos va a ir bien; que nada puede salir mal: digamos, una entrevista de trabajo. Ropa limpia, arreglado, listo para cualquier pregunta. Sales con tiempo, hace un día soleado. Pero nunca creas en que la suerte está de tu lado, porque miente. En cuanto sales, te das cuenta que, por alguna extrañísima razón, tu choche no arranca. Ni modo. Pero no termina ahí. El camión no pasa, y no va a pasar hasta unos treinta minutos más tarde. Y si tomas taxi, seguro va a haber una marcha, o un trailer se va a atorar en cualquier avenida. La vida esa así.
Bueno, lamento haberme gastado mi entrada de hoy en una cosa tan simple, pero bueno, es mi blog y yo lo escribo así que, si no les gustó... SUERTE PARA LA PRÓXIMA.

lunes, 8 de septiembre de 2008

TeleVICIOn

Otro día, otra entrada. Es curioso que estoy escribiendo estas páginas justo cuando acabó la nueva serie animada de los X-Men (desde hace mucho soy fan de Cyclops-Scott Summers). Pero bueno, sólo lo comento porque mi comentario de hoy es de algo que todos hemos vivido en la vida: la gran influencia que tiene la televisión sobre nosotros, y que no necesariamente es mala.
Recuerdo que, cuando era niño, me la pasaba viendo caricaturas en el 5 (todavía veo algunas, pero ese no es el punto). Lo hacía porque me divertía, y sin darme cuenta, como todo niño, absorbía como esponjita todo lo que veía. Iba a la escuela -primaria- y me ponía a jugar con mis amigos a los Power Rangers. Hace poco estuve platicando con amigos más recientes, de la universidad, y me enteré de que muchos de ellos jugaron a lo mismo en algún momento.
Luego, ya en la secundaria, me acuerdo y me río de que, cada miércoles, siempre oíamos en el salón la misma pregunta: '¿Viste el monólogo?' Nos pasabamos un buen rato hablando de los chistes, los sketches, el reportaje y todo lo que veíamos en ese programa que se llamaba 'Otro rollo', que catapultó a la fama a Adal Ramones. Nos reíamos como idiotas al volvernos a contar los chistes, aunque ya los hubiéramos oído ayer. Y ni qué decir de Dragon Ball Z. Nos comprabamos los álbumes, las estampas, los juguetes...
Pero crecí. Y entonces todo cambió... ¡NO! Hace relativamente muy poco, cuando salió 'Héroes', mi hermano y yo, que tenemos la misma edad (no pregunten) nos quedábamos clavados frente a la tele para ver como Peter Petrelli y Hiro Nakamura salvaban a la porrista... ah, y al mundo. Cuando él compró la primera temporada en DVD, nos pusimos a ver los mejores capítulos todo un día, y luego, para amarrar, vimos capítulos de otra caricatura, no la nueva, de los famosos X-men (que es la que compré yo). ¿No es raro pensar que, a esta edad en que muchos de nuestros padres ya abuelos eran hombres hechos y derechos, casados, con un trabajo estable y hasta con hijos, yo siga viendo, igual que muchos de ustedes, la televisión como si todavía fuera un niño?
Es verdad. Todos vemos en la tele una u otra cosa, y nos emocionamos al verla. Casi todos tenemos un capítulo favorito de los Simpson, y aún los que no, sabrán de lo que les estoy hablando. Todos sabemos, aunque no nos guste, que hay una telenovela cada hora en el 2, y hasta contratamos 200 canales de Cable o Sky para ver nada más 10. Así somos. Teleadictos a lo bueno. Porque la Televisión es una cosa seductora y perversa. Nos acecha y nos ofrece todo lo que siempre hemos soñado. Como niños y como adultos.
Actualmente, ya que no pasan 'Héroes', me puse a ver al doctor House. Es, para mí, la mejor serie de T.V. que sale al aire. Me confieso un verdadero fan del programa y de su protagonista, interpretado por Hugh Laurie. Me maravilla cada vez que veo como resuelve enigmas médicos, descubre la naturaleza de la humanidad -Todos mienten, es cierto- y le lanza piropos a Cuddy, su jefa, todo mientras insulta a todos a su alrededor con un sarcasmo tan ingenioso que es difícil de creer. Lo lamento si me vi muy geek, pero es la verdad. Sigo viendo televisión, y sigo pensando que es divertida. Y como dije, creo que también nos puede enseñar. Para eso hay Discovery, Animal Planet, NatGeo y otros, pero los que yo veo (culturales) son esos.
Bueno. Los dejó esperando que se hayan entretenido un rato, y también que hayan reflexionado un poquito acerca de esa compañera del diario, a la que visitamos cuando no hay nada que hacer, o cuando queremos ver algo para divertirnos. Y, ¿por qué no?, que hayan recordado cuando ustedes también jugaban a los Power Rangers.

domingo, 7 de septiembre de 2008

¿Cultura Pop?

Ya estoy otra vez escribiendo. Finalmente no me pesa, porque espero dedicarme a ésto, profesionalmente, un día de estos. Antes de comenzar con mi entrada, me da un poco de angustia ver los supuestos Gadgets del Blog. No sé si funcionan o no... me parece que no. Y es que la verdad esto del internet no es realmente lo mío.
Pero bueno. Ya es momento de comenzar a hablar. ¿Ustedes, mis queridos amiguitos de Internet, se consideran personas cultas? Antes de contestar, deben de pensarlo bien. Porque ser culto o no ser culto es una cosa rara. No es como, por ejemplo, estar vivo o muerto, donde no hay puntos medios. Ser culto es posible de muchas formas. Por eso existe lo que se llama la cultura Pop.
Empecemos por definir que implica, socialmente sobre todo, ser culto. Una persona culta es esa persona que tiene alguna forma de conocimiento del mundo en que vive. La gente 'culta' sabe de música, de literatura, de arte... de política, incluso. Y aquí comenzamos a vernos en problemas. ¿Si yo sé mucho de cine (comercial), soy culto? Algunos de los que leen este blog me van a decir que soy un p*nd*j@, y otros a lo mejor no. Pero vale la pena preguntárnoslo. ¿No es cierto que todo lo que crea el hombre, como acto creativo, es cultura? Entonces hasta las babosadas de este blog son herencia cultural de la humanidad. ¿Y por qué no? ¿Cómo sabemos que, por ejemplo, los famosos objetos de algún museo no fueron hechos por simple ociosidad?
Yo creo, ante todo, que la cultura nos rodea a cada momento, porque vivimos rodeados de gente que a cada instante nos refleja pedazos de nuestra misma cultura. Obviamente no toda esa cultura nos va a parecer admirable, y es posible que reneguemos de muchos aspectos de ella. Es normal; nada es nunca perfecto. Ser naco, al menos en México, es cultura, igual que ser Emo o ser fresa. La Salsa de los micros, pésele a quien le pese, es también cultura.
Ahora, es importante que reflexionemos con respecto a esta realidad que nos rodea. ¿Qué tanto nos hace cultos ver telenovelas? ¿Y escuchar a Beethoven nos hace cultos? Yo, en lo personal, creo que nada te va a hacer culto si no reflexionas en aquella cultura precisamente como cultura, valga la redundancia. Si uno va al museo a ver la Noche Estrellada de Van Gogh, o se pone a leer un cómic de los X-men sin hacer caso de que lo que tiene, en ambos casos, frente a él es cultura, da completamente igual que lo vea o no. La cultura nace no nada más de lo que vemos, sino de lo que nos provoca y lo que nosotros hacemos con esa cultura.
Todos, en algún momento, hemos pensado en algo (una pintura, un libro, una película, una canción, una caricatura, un coche, una foto, etc.) que nos hace sentir alguna cosa y que nos muestra, directa o indirectamente, una faceta de la humanidad. Ésto, precisamente, es la cultura. Aquello que refleja la esencia de la gente. Cuando escuchamos nuestra canción favorita, sentimos algo; entendemos que el cantante, el composito y el letrista, o cuando menos alguno de ellos, nos están transmitiendo algo que quieren decir, para que llegue a la gente o para que perdure.
Esos mensajes son cultura. En ese sentido, el Quijote, que muchos de los lectores de este Blog pueden haber no leído (y aún así vivir felices), es tan cultural como Paquita la del Barrio. No me voy a poner a decir que son iguales, porque no lo son, pero en su intención y su naturaleza son cultura: nos describen la esencia de las sociedades en que nacieron. Son, cada uno, una biopsia del tejido del que se compone la humanidad.
Sí, sé que me van a odiar muchos. Pero aceptémoslo: la cultura es parte de nuestra vida diaria, y no se encuentra solamente en una universidad, en un museo o en una biblioteca. Está en la calle, en los bares, en la tele (y no me refiero a canal 11) y hasta en las puertas de los baños. La cultura es lo que somos, bueno o malo, y lo que usarán nuestros tatara-tatara-tatara nietos para entender cómo vivíamos.
¿Quién sabe? Algún día Harry Potter podría ser considerado el libro que dio forma a una era, y con un poco más de suerte, este Blog se podría convertir en un ejemplo de cultura folklórica de este siglo. Supongo que nunca lo sabré.

P.D. - Les prometo que mi siguiente tema va a ser más light, por si sienten que solo me meto en cosas densas.