Mostrando entradas con la etiqueta impresiones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta impresiones. Mostrar todas las entradas

jueves, 4 de junio de 2009

Las mejores maneras de burlarse del Stress

Oh, sí. Estamos de vuelta, lectores ávidos de distracciones. Ya que lo prometido es deuda, y las deudas de honor hay que cumplirlas, aquí están las 10 maneras de evitar el Stress...

1. - Si el trabajo te estresa... evítalo. Suena simple, sí, pero evitar el trabajo es un arte. Las mejores maneras de hacerlo, curiosamente, consisten en fingir que uno se está esmerando realmente para llevarlo a cabo. Los que tienden, como yo, a la pereza legendaria, sabrán que si la gente te ve 'echándola' luego luego se te van encima con los látigos. En cambio, si le dices a tu compañero de oficina que tienes que terminar los reportes, o si en la escuela te ve 'tomando notas', ni te va a interrumpir, aunque estés leyendo tu blogsito de confianza. Lo mejor de todo es poner cara de, irónicamente, estresado, y si alguien te habla le dices "Espérate, que estoy ocupado". El bono es que, cuando dejes de fingir, te van a premiar por responsable. 

2. - Si sientes que la situación a la que vas a enfrentarte te supera, haz lo que yo. No le prestes atención hasta que sea imposible postergarlo. Obvio, no podrás evitarlo por siempre, pero mientras mejores sean tus excusas, mejor saldrá todo. Lo mejor de esta jugada es que si te haces 'pato' lo suficiente, alguien terminará haciendo las cosas por ti. Trata de que no noten tus intenciones.

3. - Pásale tu estrés a los otros. No dejes que tu pareja, tus amigos o tus familiares te carguen la mano. Si algo que dicen te empieza a presionar, aprovecha para rebortarlo. Por ejemplo, cuando alguien te recuerda que tienes mucho papeleo por hacer, miéntele descaradamente: dile que ya terminaste, que fue fácil y recuérdale que lo que tiene que hacer él (o ella) es aún peor. Si no es posible, recurre a técnicas avanzadas como 'el cobro de favores', que te permitirá deslizarle tu trabajo a ese vil capataz. Trata de buscar, por lo mismo, que la gente te deba favores: haz cosas pequeñas por ellos, y deja que carguen con las verdaderas tareas.

4. - Convence a tu novi@ de que la mejor cita que pueden tener es en su casa, dándote un masaje de pies y quizas algo más. Olvida los planes, el tráfico, los gastos de comida y gasolina y la crisis económica que vive el país. Recurre a los versos amorosos de Sabines y Neruda para convencer a tu pareja de que una velada romántica cumpliéndote tus caprichos es el sueño de su vida. Si la poesía no es lo tuyo, renta películas con Sandra Bullock, Tom Hanks, Hugh Grant o Julia Roberts. Éxito casi garantizado. Por cierto, recuérdale que nadie prepara lastortas/palomitas/bocadillosaleatorios/sincronizadas como él-ella.

5. - No tengas horarios. Ésta es una difícil, porque para todo hay, tristemente, tiempos marcados. Pero trata de improvisar de vez en cuando. Salir de tu apretada rutina para comer en un lugar diferente, llegar más tarde a algún lugar, o incluso más temprano. El chiste es que no pienses en el tiempo, para que no sientas la presión de que no llegas. Por motivos obvios, aplica esta jugada en el metro. Si ves que el vagón está lleno, mejor espera el que sigue: viajarás mejor, y aunque llegues tarde unos minutos, todo lo que resta del día vas a estar más feliz. Confía en mi.

6. - Sé (o aparenta ser) inteligente. Por alguna razón, muchas veces se le exige menos esfuerzo a los más brillantes. La gente que te quiera va a tratar de aprender de ti, y quien te odie tratará de superarte. En el proceso, puedes manipularlos para que 'demuestren sus capacidades' en tareas que te correspondían a ti. Y si no, al menos verás que te es más fácil delegar, basándote en tu 'liderazgo'. Tu pones el talento y las ideas, ellos ponen el sudor de su frente. Trato justo.

7. - No los dejes olvidar JAMÁS que la amistad y el cariño son lo más importante. En vez de encerrarte en una impropia soledad, llama a tus amigos y procura reunirte con ellos para estudiar, revisar los proyectos laborales y comer. Para bien o para mal, puedes explotar el hecho de que 'somos muy unidos' para conseguir su ayuda con las cosas que no puedes hacer solo. Sí, podrías pedir ayuda a secas, pero si lo haces como te digo, se darán menos cuenta de que el trabajo en equipo lo hicieron prácticamente solos.

8. - No gastes el dinero que no tienes... mejor gasta el que tienen otros. Persigue cualquier oportunidad de ahorrar gracias a bolsillos ajenos. Si alguien saca copias, pídele que te pague las tuyas con el pretexto de redondear. Luego, le dices que no traes cambio y se lo pasas luego. Es posible que sea tan orgulloso que nunca te cobre los dos pesos. A la hora de comer, no dudes en pedir 'pruebas' de lo que comen otros, para saber que vas a pedir tú. Al final, argumenta que nada te gustó, pero habrás comido un buen bocado gratis.

9. - Date a notar en la oficina/clase. Si todos se dan cuenta de tu presencia, asociarán tu improductiva estancia con productividad, energía o al menos interés. Pero ten cuidado. No te hagas notar demasiado, pues la gente se percatará de que pasas más tiempo contando chistes y platicando que 'trabajando'.

10. - Ante todo, debes recordar lo siguiente: No importa que tan difícil sea una situación, siempre tienes que hacer esto: Lee el blogsito de confianza del Sombrerero Loco en la dosis recomendada por tu almohada de cabecera. Se lo agradecerás toda la vida. 

martes, 4 de noviembre de 2008

Rumbo al bicentenario... y se nos cae el avión

Hola de nuevo, mis amabilísimos lectores. Como lo prometí, me estoy dando tiempo para escribir tan periódicamente como me es posible. Por desgracia, el comentario de hoy es, tristemente, fruto de una tragedia más que nacional, humana.
Como bien saben todos ustedes, me imagino, hoy a las 7 de la noche un avión jet (chiquito, cuando menos) se estrelló en plena calle de Reforma, en nuestra ciudad de México. Las víctimas fueron, hasta donde sé en este momento, solamente los ocho pasajeros entre los que destacaban dos funcionarios del gobierno: Mouriño y Vasconcelos. No soy quien para decir que fueran hombres honestos, ilustres y patriotas; no los conocí personalmente y es muy difícil hacer un juicio de esta categoría con base a lo que se dice. En todo caso, la política tiene fama de sucia, pero ese no es el asunto. El asunto es que ocho personas, dos más famosas que el resto, murieron en un accidente (o atentado, finalmente no podemos descartarlo), y muchas otras, cuarenta más o menos sufrieron heridas o quemaduras de cierta severidad, esto olvidándonos también de los daños materiales.
Repito: no puedo expresar una opinión en cuanto a la calidad moral de los ocupantes del vehículo, pero lo que me parece evidente (creo que a todos) es que este acontecimiento es verdaderamente un horror para la gente de la ciudad. Pese al título de mi texto, que es un tanto 'chistoso', la verdad es que me conmueve tremendamente el hecho de que un avión caiga a media ciudad, por error o por maldad, y cause un desbarajuste en la vida de tantísimas personas: los familiares de los muertos, los de los heridos, la gente que los conocía y hasta los mismos 'atorados' por el bloqueo del tránsito. Sabrá Dios cuales eran las historias de esos, de los cuales seguramente uno necesitaba llegar a las ocho a X lugar por Y razón, y ahora no pudo hacerlo. O el que simplemente presenció el nefasto suceso y ahora nunca (me imagino yo) lo va a poder olvidar.
Si de por si ver la escena en la tele era bien grueso, imagino a los que lo vivieron (y sobrevivieron para contarlo). ¿Qué pensarán? ¿Qué habrán sentido al verlo? Porque digo, uno no va por la calle esperando que le vaya a caer un avión. Y a los que les tocó, a sabiendas de que no se iban a poder escapar, no les quedó más que aguantarse. Gracias a Dios no hubo tantos muertos como pudo haber.
Yo siento repudio por aquellos que, en caso de que fuese un atentado, hayan sido responsables por un acto tan cobarde y escandaloso. Independientemente de quién pudo ser el blanco, la muerte de una persona, y más una muerte tan violenta, y a la vez tan fría; tan cruel y tan insultante (para la misma sociedad) no es nunca algo que se justifique. Ocho muertos y cuarenta heridos es algo que simplemente no debe ignorarse.
Quizás si fue un accidente. Pero en todo caso, la tragedia es igual de grande, porque los muertos no se van a levantar. No puedo decirles que lloren a Mouriño o a Vasconcelos. Igual y ustedes no le van a ese equipo, y la verdad se vale que así sea. Lo que sí les pido es que tomen consciencia de que no se murieron unos panistas, sino ocho personas. A lo mejos los pilotos eran perredistas, o priistas, o abstemios políticos como yo. Pero lo que sí sé es que todos eran personas, a lo mejor con familia y con hijos que, por desgracia, se quedaron esperándolos y no los van a volver a ver.
Lo que vivimos no fue un hecho político; ni siquiera un evento histórico. Más que historia viva, lo que nos tocó esta noche, 4 de octubre de 2008, fue una terrible y fatal realidad. A lo mejor en tres años nadie se va a acordar, ni va a salir en libros de la SEP, ni nada. Pero ahora mismo, hay gente, como ustedes y como yo, cuya vida no va a volver a ser la misma.

Mañana: 'OBAMA VS McCAIN: Victor Maximus'

Por los difuntos y sus familias, los invito a que reflexionen. Hagamos un minuto de silencio, y luego una eternidad de palabras.

domingo, 5 de octubre de 2008

Personalidad... ¿pirata?

Hola de nuevo, mis amiguitos de Internet. Antes de comenzar a conversar con ustedes, me da curiosidad comentarles algo. Hace poco puse dos comentarios; uno sobre un tema profundo e importante -la pena de muerte-, y uno más light, aunque también importante y reflexivo -Los X-Men-. Me llama la atención que nadie comentó nada con respecto al primero, y en cambio hubo más comentarios en el segundo. No está mal, pero es curioso como cuando algo tiene un nombre más serio nos intimida un poco, ¿no?
Bueno. Les quiero hablar de una cosa que me atribula terriblemente. Cada día que salgo a ver el mundo me toca ver mucha gente, como sería de esperarse. Sin embargo, y esto es lo que me preocupa, veo mucha gente, pero veo muy pocas personas. ¿No les ha pasado? Me explico: por decir, en el metrobús, me toca ver como 150 'cuerpos', y sin embargo, hay como 7 personas nada más (más o menos, no es exacto). Porque de esos 150 todos son parte de unos cuantos estereotipos. Triste, pero cierto.
¿O no? Vean a la gente que los rodea en... no sé... su salón de clases u oficina: fíjense bien. Van a ver que las similitudes entre ellos son muchas y hasta pueden organizarlos en grupitos. Por dar un ejemplo, les ofrezco este: todos dicen (decimos, a veces también se me sale) 'güey' para todo. 'Güey, es que no tengo varo, güey.' !Dos veces en la misma oración! Sorprendente, ¿no, güey? Ya en serio, está muy raro que poco a poco nos adaptamos a ciertos esquemas que vemos en los demás: las palabras, la ropa, las actividades... Eso es lo que me lleva a la pregunta: ¿De verdad somos únicos y originales, o somos, como muchos de nuestros comerciantes, piratería?
No se ofendan. Sé que es muy difícil hacer algo original. En nuestro mundo, tan lleno de gente, es casi imposible ser diferente de todos. El ser similares nos ayuda a subsistir, a no estar tan solos y hasta a reproducirnos. El problema empieza cuando ya no sabemos si lo que somos viene de nosotros o de afuera. Vivimos, hasta cierto punto, con la presión de ser como los demas quieren que seamos. Y tampoco es, al menos no siempre, voluntad de los otros convertirnos a sus ideas, sino que es parte de un ciclo chistoso de adaptación humana: cuando nos hemos acostumbrado a algo, lo vemos 'natural', y todo lo que no pertenece a esa naturalidad es, por antonomasia, grotesco (Vean el comentario de los Hombres Nada-X). Y al ser humano nada le gusta tanto como evitar estas anomalías, de una forma u otra. Por eso hay segregación de tantos tipos, iniciaciones y novatadas para entrar a un grupo, o simple y sencillamente: grupos en sí.
Recuerden cuando estaban en la secundaria o la prepa: había grupos. Oh, sí. Los clásicos matados (o ñoños, tetos, nerds, etc.), los chidos (esos que todo mundo admira, que normalmente son guap@s o deportistas), los X (que son como el pueblo llano de la edad Media), etc, etc, etc. Esos grupos existían porque todos creemos estar en la posición correcta. Por eso es que le encontramos tantas fallas a las ideas de los demás: si es guapo, es gay - dicen los feos-; si es guapa, es bien hueca -dicen las feas-; no le gusta el Psycho, es aburrido.
Ahora, lo interesante es que siempre el grupo mayoritario tiende a hacer más presión. Y eso, muchas veces, nos obliga a buscar la forma de ser aceptados. Porque es natural querer ser aceptados (muy natural, porque muchos primates son parte de grupos sociales). Finalmente, es parte de nuestra esencia el pertenecer a algo. Lo malo es que, en el camino, perdamos lo que verdaderamente somos, o sacrifiquemos aquellas cosas que nos hacen realmente únicos. Y que, además, generemos barreras tan grandes entre los mismos grupos y actuemos de formas tan violentas y crueles para con ellos que no pertenecen al grupo. Considérenlo; después de todo, cada quien tiene su derecho de elección.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Dime qué comes y te diré quien eres

Ya tenía ganas de escribir este comentario, pero no lograba aterrizar la idea. Simplemente no sentía que lo estuviera abordando de la manera correcta. Pero he estado pensando y creo que ya tengo la aproximación correcta. Entonces comienzo.
¿Les gusta salir a comer? A mi sí. Porque comer es una experiencia, a mi parecer, que te hace crecer como persona. Te hace entender mucho, mucho de la naturaleza humana y de sus mismos gustos y costumbres. Lo que uno come, por sorpresivo que parezca, nos expresa de manera casi completa lo que esa persona es. Oh, sí.
Voy a dar un ejemplo. Cuando salgan a comer con su pareja (o su pareja en potencia), observen lo que pide. Si come con salsa, mucha salsa, nada de salsa; si pide un plato vegetariano, si pide pasta... todo lo que una persona representa se puede apreciar en lo que está en su plato. Noten como lo pide, como le gusta que esté servido, y todos los detalles que puedan. Vamos a poner algunos ejemplos: Mi amigo 'Eggs Benedictine' pide unos tacos a pastor y les echa mucha, pero mucha salsa. Normalmente quien come con mucha salsa, o condimentos en general, es gente a la que le gusta exhibirse. Si por el contrario no le echa nada de salsa... bueno, es que no le gusta el picante (lo lamento, pero en la mayoría de los casos esa es la verdadera razón).
Ahora, si 'Eggs' encuentra una mancha en un plátano y ya no se lo come, podemos asumir muchas cosas. Si la mancha está muy chiquita, es que 'Eggs' es un mamila de primera, porque como juzga su comida juzga a las personas. Si la mancha no es tan chiquita, lo más posible es que 'Eggs' sea una persona muy nerviosa. Si la mancha es muy grande, eso significa sin lugar a dudas, que el plátano ya está descomponiéndose.
Lo que hace 'Eggs' es muy representativo. Normalmente proyectamos, sin darnos cuenta, la forma en que vemos el mundo a lo que pedimos de comer. La gente que pide platos muy 'acá', como 'Eggs', que pide Lasagna en todos lados, quiere expresar que se siente atraído por lo más exótico; denotar su condición de cosmopolita. Pero si pide, no sé... ensaladas, 'Eggs' demuestra su preocupación por la salud y la estética. Si hubiera pedido postres o comida rápida, podríamos asumir directamente lo contrario.
¿Por qué 'Eggs'? No importa. La verdad no tengo idea.
Volviendo al punto, lo que comemos nos define. Si nos gustan, por ejemplo, los antojitos, es que somos personas más bien relajadas. Los pasteles; gente muy orgullosa. Pero también podemos decir que la gente que le gustan las comidas sencillas son más bien flojas, en oposición a quienes prefieren platos muy elaborados, que normalmente son hacendososo y muy activos.
Un dato curioso es que mientras menos sean las comidas que te gusten (y más lo que no te gusta comer) menos tolerante y carismático eres. La mayoría de la gente que conozco (que es carismática) come casi de todo. En cambio, conozco gente que no le gusta nada de lo que uno sirve y a nadie le agrada (aunque pueda ser que una cosa te lleve a la otra). Repito: como vemos la comida es como vemos la vida y a nuestros semejantes.
Alguien a quien no le gusta comer comida mexicana es alguien que no se siente a gusto con su mexicanidad. Si a 'Eggs' no le gusta la comida rápida es muy probable que no se adapte bien a los cambios. La gente que difruta más un arrocito casero es normalmente la que se siente cómoda con la familia.
Ahora, éstas no son leyes. Lo baso en mi experiencia vital; en lo que he visto en 'Eggs' y otros amigos o familiares como rasgos comunes. Hasta ahora no me han defraudado. Si tienen cebollazos, otros datos curiosos o simplemente una opinión, ya saben a donde mandarlos. Y que alguien me diga: ¿quién votó por Wolverine en la encuesta?

jueves, 25 de septiembre de 2008

No te claves (y no hablo de martillos)

Hola, amiguitos de Internet. De nuevo ando aquí escribiéndoles, hoy sí con energía, en su blogsito de confianza. Las babosadas de ayer, malas pero necesarias, me dieron una idea de la que puedo hablar: el enamoramiento. Nótese que dije ENAMORAMIENTO, NO AMOR.
¿Se acuerdan cuando conocieron a su novi@, espos@, parej@, o cualquier otro tipo de compañero amoroso? ¿O creen que conocieron a la persona ideal? ¿Cómo fue? ¿Qué sintieron? Les aseguro que muchísimas cosas. De entrada, igual y no pasa nada. Pero poco a poquito nos vamos comenzando a sugestionar de formas muy diversas (¿a poco no?): nos comenzamos a imaginar como es esa persona; le damos características que nos gustan aunque no más la hayamos visto una vez. O nos empezamos a ilusionar con que el objeto de deseo nos haga caso y hasta soñamos cómo va a ser nuestra relación con el(la), ¡incluso a largo plazo!
Sorprendente lo que hacemos. Pero estos inconscientes debrayes son solamente una parte de lo que sucede cuando comenzamos a clavarnos con alguien. Hay mejores locuras para contarles: Acabas de conocer a X. Nunca l@ habías visto , o quizás convivías con el(la) desde antes, pero aunque en un principio te daba completamente igual si estaba o no; si se veían o no, ahora te parece importante que, mínimo, se crucen sus ojos. ¡Dios mío! Una persona que antes no significaba nada para ti pasa a convertirse en un eje de tu vida diaria nada más porque... ¿por qué?
Esa es una buena pregunta. ¿Por qué nos enamoramos? No lo sé. Es raro que sólo necesitas ver o cruzar unas palabritas, que ni tienen que ser interesantes, para que alguien te guste. Y se me hace raro porque uno esperaría que aparezca la atracción cuando la conoces: ya que sabes quién es y, más importante, cómo es. Ahora, es cosa de segundos. ¿Por qué? Algunos dicen que las tan mencionadas 'Feromonas' son las responsables, pero no me consta, porque venden perfumes con las dichosas Feromonas y, seamos sinceros, si funcionaran habrían muchos más feos con pegue. Y eso nos lleva a otra teoría: la superficialidad. Todos nos enamoramos del físico. Cuando él/ella se ve bien, siempre tiene más pretendientes. Ahora, eso se puede descartar también, al menos en escencia, porque me ha tocado ver que hay quien se enamora de alguien no tan fisicamente agraciado.
¿Entonces? ¿La personalidad? No, porque, repito, basta ver a la persona unas pocas veces. ¿El espíritu? Podría ser, pero entonces ¿por qué luego duran tan poco los romances? ¿El interés? Bueno, existe y lo conocemos, pero el enamoramiento por interés orita no cuenta, porque no tiene esos síntomas que dije antes.
Parece que estamos ante un misterio de la humanidad. ¿Qué nos hace clavarnos con X o Y? No lo sé. Lo que si sé es que no es permanente. Muchas veces tenemos casos de 'amores' que parecieran dignos de novelas o películas y que, a la larga, no prosperan. Porque el enamoramiento es algo efímero por definición. ¿Y cómo no, si te estás imaginando una vida al lado de alguien que ni conoces? No sabes qué le gusta, qué no le gusta, qué hace y cómo lo hace. En un principio, por el enamoramiento, todo lo que haga te va a parecer maravilloso, perfecto y hasta vas a creer que te gusta todo lo que dice, hace y es, aunque en tu vecino de al lado detestes las mismas actitudes. Pero cuando se le acaba la gasolina a nuestra pasión todos los príncipes y princesas se vuelven sapitos (o no, porque el amor de verdad puede aparecer).
Eso es todo por hoy. Queda mucho por decir de este tema; no por nada se han escrito tantas novelas, canciones, películas y poemas de amor y pasión, pero tenemos tiempo. Además, les doy chance de que piensen y se acuerden de cuando se enamoraron de X. ¿Se acuerdan? Les aseguro que muchos hasta se imaginaron viviendo con esa persona y, por qué no, hasta la boda.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Primeras impresiones

Oh, Dios mío. Llevo más o menos un mes con esta locura del blog. Quiero creer que este se ha vuelto el blog de confianza de algunos de ustedes, pero no me hago ilusiones. En todo caso, ya estamos en Lunes, y por eso, por eso mismo, vamos a hablar de las primeras impresiones.
Como me acuerdo cuando conocí D---a (lo omito porque ya me libre de ella, pero si llegara a ver este blog, vuelvo al infierno). Parecía una chica dulce, linda, muy tierna y preocupada por mí. Me enamoré enseguida de esa muchachita, porque creía que ella era inocente; que su alma era pura miel sobre zucaritas. !Ah, que errores aquellos! Conforme empecé a conocerla de verdad, me di cuenta que era dulce, pero sólo con sus amigas. A mi me trataba como si fuera su esclavo. Se preocupaba por mí, al grado que no podía yo llegar tarde porque me armaba una escena tremenda: '¿Dónde andabas? Yo ahí como idiota esperándote y tú blablabla...'. Finalmente resultó un desencanto terrible.
Por otro lado, cuando conocí a mi hermano (sí, otra vez el de la misma edad, no pregunten), me caía mal. No lo soportaba. Pero luego vi que debajo de su 'fresés' y frivolidad (es broma, para que te enojes al leerlo) había un tipo bien chido. Y cuando conocí a 7 -otro día les contaré la historia- pasó algo muy parecido. Así es la vida. Nunca podemos juzgar a una persona por la primera impresión, porque, o bien estamos en lo cierto, o estamos cometiendo un error más grande que el océano Índico.
Me pongo por ejemplo. Cuando la gente me ve, solamente ve una parte (normalmente el sombrero), pero todos los que me conocen saben que, dentro de todo, no soy tan malo como parezco. Sin embargo, esa primera impresión que he causado (mala, por cierto) en muchas personas me ha cerrado puertas importantes. Muchas chavas me han bateado, me han sacado de muchos lugares porque creen que me robé algo y me han tocado muchos, y quiero decir muchos como los granos de arena de las playas del mundo, insultos por parte de mucha gente. No me quejo, pero es raro que cuando esa gente me conoció, su percepción cambió.
Le pregunto una vez más a mis publico: ¿por qué p¡nch@ razón somos tan prejuiciosos? No más vimos a la vecinita con minifalda y luego luego a pensar que es, ¿cómo se dice; casquivana? Vemos que un chavo abraza a su amigo y ya es gay. Nuestras mentecitas son verdaderamente veloces a la hora de ponerle etiquetas a la gente. Y también de otras cosas, más en el caso de los hombres, pero de eso hablo otro día.
¿No nos cansamos jamás de equivocarnos? Pareciera que no, porque igual seguimos fijándonos en las primeras impresiones como si fueran verdad absoluta. ¡Espérense, por amor al pudín! Siquiera dejen que él mismo se ponga la soga al cuello antes de lincharlo. Porque si no, podemos estar haciendo algo que nos puede salir caro. Porque si cuando te juzgan mal sales perdiendo, cuando juzgas mal pierdes más, amiguito de Internet.
Tu futura novia podría ser la perra pérfida que se coló adelante de ti en la fila de las tortillas (o del banco, para los que se sienten nice), o tu próximo jefe podría ser el gordito que dijiste que estaba bien menso porque dijo mal una palabra. Y entonces, ora si te va a ir mal. Porque si te quejas de la perra de la cola (o al revés), y luego ves que no era tan pérfida, ya perdiste tu tiro. Y si luego la entrevista te la hace el gordito, ya mejor vete preparando para barrerle la oficina.
No se dejen engañar por la primera impresión, que sí cuenta mucho, pero que no siempre es definitiva. En el caso contrario, tampoco se dejen deslumbrar por la güera del antro que bailaba como diosa, o por el tipo que trae un carro del año y te saluda como si fueras de su familia. Ni todo lo que está en el piso es basura ni todo lo que está en el cielo son estrellas; porque el oro sale de la tierra y porque de arriba caen las kk's de los pájaros. Más vale irse a la segura, despacio. Total, es mejor tardarse en conocer a alguien que apresurarse en cometer un error, y vale más la pena correr el riesgo de no ponerle etiquetas a las cosas, porqué así sabemos después cuál le va a quedar mejor.

P.D. - Esta semana voy a poner dos encuestas. Una es porque quiero y la otra porque es importante. En esta última voy a poner algunos temas. Voten por lo que quieran ver y leer en este, su blog de confianza.